AMOR VERDADERO

Se puede amar tantas cosas y tantas veces. Pero ese amor único, que parece desbordarse y nunca falla y nunca se acaba. Ese amor es tuyo Híjo mío. Ese amor nació antes de conocerte, y tú angelito, llegastes para llenar mi vida de luz y de dulzura.
Contigo vino un rayito de sol perpétuo, que llenaba mi despertar con juegos y risas. Contigo brillaban lunas llenas que sellaban los días aứn mas difíciles con esperanzas y caminos iluminados para amarte mejor.
Asi pasaron muchos años. A pesar de la soledad y del miedo que siente una madre soltera, agarraditos de las manos caminamos fuertes y victoriosos. Tu vida era mi vida y mi vida te pertenecía. Para cuidarte, enseñarte, encaminarte y sobre todo, para escucharte.
Escucharte fue fácil porque tu voz llenaba mi alma y aunque por decima vez preguntabas "Mamả porqué?" siempre había una respuesta para esos ojitos inquisitivos que nunca dejaban de mirar y todo lo veían. Fueron tus ojos Hijo mío que me enseñaron a mirar. Mirarme a mi misma para llevarte por el camino correcto. Mirar mis actos y hasta mis pensamientos porque tứ ibas a ser el reflejo de mi persona.
Yo fuí el lucero de tus ojos inocentes que buscaban una guía para caminar tu sendero. Yo soy quien en silencio te ha dejado caer y quien con orgullo, te ha visto levantarte para empezar de nuevo, cada vez mas fuerte y mejor preparado. Yo soy quien a través de los años, ha caminado hacía atrás para que tứ puedieras caminar hacía adelante. Yo soy quien miraba hacía abajo para acariciar los mechones rubios de tu cabecita y ahora miro hacía arriba para escuchar al hombre hablar. Me hablas de tus viajes y aventuras, de la chica hermosa quien tiene un pedacito de tu corazón en sus manos y de nuevo compartimos la dulzura y las risas del ayer.
Hoy soy felíz, porque tu reflejo es hermoso y pensar que fue logrado, simplemente con mucho amor.